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El cuidado también migra: posicionamiento de la Red Mesoamericana Mujer, Salud y Migración

Ciudad de México, 11 de agosto de 2025.

En el marco de la XVI Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe, el Foro Feminista y sus eventos paralelos, 38 mujeres defensoras de Honduras, Guatemala, El Salvador y México, integrantes de la Red Mesoamericana Mujer, Salud y Migración (RMMSyM), llevamos a cabo nuestro encuentro “Mujeres, cuidados y migración”, del 08 al 10 de agosto de 2025 en la Ciudad de México.

Desde nuestro análisis colectivo del contexto mesoamericano, manifestamos que:

  • A pesar de una aparente disminución temporal en los flujos migratorios en nuestra región, atribuida a los cambios en la política migratoria de Estados Unidos y México, se intensifi can otras dinámicas como: retorno forzado, la migración interregional, y los desplazamientos forzados provocados por las violencias basadas en género, el hambre, los confl ictos sociales, el cambio climático y los desastres socioambientales.
  • La militarización de fronteras y las políticas de seguridad impuestas por los Estados de la región continúan violando sistemáticamente los derechos humanos de las mujeres, las familias y las personas en situación de movilidad. Persisten barreras para acceder a la protección contra la devolución; la detención migratoria arbitraria; la falta de vías de migración regular; el abandono de los Estados para ofrecer ayuda humanitaria, acceso a integración socioeconómica y justicia ante abusos y delitos.
  • La reducción del apoyo fi nanciero y político a las organizaciones de la sociedad civil que ofrecen acompañamiento y ayuda humanitaria a las mujeres y sus familias en movilidad. Paralelamente, persiste la criminalización de quiénes defi enden y promueven los derechos de las mujeres y las niñas en situación de movilidad.

Este contexto supone que las mujeres y las niñas siguen expuestas a sufrir todas las formas de violencia, pero además los costos y efectos en sus cuerpos-territorios, vidas, salud mental y emocional y expectativas de integración se agravan y agudizan debido a la suma de costos que la discriminación en razón de género supone.

El trabajo de cuidados: invisibilizado, no reconocido y mal pagado.

Las mujeres en situación de movilidad son pilares fundamentales de los sistemas de cuidado en los países de origen, tránsito y destino. Sin embargo, su aporte sigue siendo invisibilizado y precarizado, en un momento en donde se discute la forma de arribar a la sociedades del cuidado, la recuperación sostenible con igualdad de género y la organización/fi nanciación de los sistemas nacionales universales de cuidado, por lo que es imprescindible que los gobiernos y todos los sectores sociales conozcan y se hagan corresponsables de reducir el cúmulo de barreras que enfrentan las mujeres en movilidad, quienes representan una parte sustancial de las poblaciones migrantes: 51.3 % según datos de la OIM de 2022, y 46 % de las personas en situación de desplazamiento forzado de acuerdo con el ACNUR 2023, para acceder a su derecho a cuidar y ser cuidadas.

Entre las barreras que identificamos están:

  • Son invisibles los aportes que hacen las mujeres en situación de movilidad a las economías de los países de origen, tránsito y destino. El 74 % de las mujeres migrantes trabajan en el sector de los cuidados (ONU Mujeres, 2020); ellas aportan mayor cantidad de remesas a sus países de origen en comparación a los hombres, gasto que se aplica directamente al cuidado de sus familias. A cambio, sólo un 22% cuentan con protección social o recibe salarios inferiores por trabajos iguales a los de las personas nacionales.
  • En Honduras, Guatemala, El Salvador y México, el trabajo de cuidados sigue recayendo mayoritariamente en las mujeres jóvenes, entre 15 y 24 años de edad, quienes dedican tres veces más tiempo al trabajo de cuidados no remunerado que los hombres de su misma edad, lo que limita su acceso a la educación, el empleo digno y al ejercicio de otros derechos.
  • En la región se ha establecido un corredor migratorio de cuidados, desde Centroamérica hacia el sur de México, donde las mujeres migrantes son trabajadoras del hogar, a menudo bajo condiciones abusivas, y a veces víctimas de explotación sexual y laboral por redes del crimen organizado en complicidad con actores estatales. Por su parte, ellas delegan las actividades de cuidados a otras mujeres que se quedan en sus comunidades de origen, o bien trasladan sus propias actividades de cuidado en su tránsito, donde las realizan de forma precaria.
  • Las instituciones estatales de la región mesoamericana que articulan la política social y de protección de poblaciones vulnerabilizadas muestran una profunda descoordinación, falta de fi nanciamiento y de recursos humanos sufi cientes para atender a las mujeres en movilidad; con ausencia o inefi cacia de protocolos homologados con las obligaciones de protección internacional y mandato sufi ciente para responder a las necesidades de las mujeres, y en especial de quienes no tienen un estatus migratorio regular.
  • Tampoco existen mecanismos eficaces para supervisar a actores clave como: empleadores, fuerzas de seguridad, medios de comunicación y otros sectores, quienes reproducen, permiten o ejercen violación constante de las legislaciones nacionales protectoras de los derechos humanos, elementos que juegan una doble presión en casos de mujeres y niñas, quienes tienen menos recursos para acceder a los servicios públicos que podrían coadyuvar a reducir su vulnerabilidad, las violencias y la carga de actividades de cuidado.

Frente a esta realidad, exigimos a los gobiernos:

  • Reconocer y visibilizar el trabajo de cuidados no remunerado que realizan las mujeres migrantes, a través de campañas de información y comunicación que dignifiquen y valoren su aporte económico, social y comunitario.
  • Saldar la deuda histórica de información. Generar datos oficiales y confiables sobre las violaciones a los derechos humanos que enfrentan mujeres y niñas en situación de movilidad, incluyendo las barreras que dificultan su acceso a servicios de salud, educación y protección social.
  • Fortalecer los servicios públicos con enfoque de género y pertinencia cultural, asegurando recursos financieros necesarios, personal de ventanilla capacitado, y protocolos efectivos que garanticen el libre tránsito, la regularización migratoria y la atención integral a mujeres migrantes cuidadoras y receptoras de cuidados.
  • Universalizar el acceso a la salud integral, especialmente la salud sexual y reproductiva; educación y atención para niñas, niños, adolescentes, personas con discapacidad, adultas mayores y mujeres migrantes, tanto en los países de tránsito como en los de destino y retorno.
  • Mejorar el reconocimiento y certificación de competencias de mujeres cuidadoras en movilidad, y garantizar su acceso a servicios de estancias infantiles, subsidios de transporte, y conectividad digital para fomentar su participación en la formulación de políticas públicas.
  • Ampliar y dignificar los espacios de acogida temporal para mujeres y personas en movilidad, asegurando infraestructura adecuada, presupuesto necesario y un enfoque interseccional para atender los actuales flujos migratorios, en especial, las poblaciones en condiciones de vulnerabilidad.
  • Promover la redistribución justa y equitativa del trabajo de cuidados en hogares, comunidades de origen/retorno, tránsito y destino para que no siga recayendo desproporcionadamente sobre las mujeres, y mucho menos sobre aquellas que ya enfrentan múltiples formas de vulnerabilidad.
  • Proteger a quienes defienden los derechos de las mujeres y las niñas migrantes y garantizar el financiamiento de las organizaciones de la sociedad civil que, ante la omisión de los Estados, sostienen la vida en movimiento.

Hoy, cuando se debate sobre el cuidado como pilar de la sostenibilidad y la igualdad, los Estados no pueden seguir ignorando las condiciones de vida, los aportes y las luchas de millones de mujeres en movilidad, quienes también tienen derecho de cuidar y ser cuidadas.

No hay sociedad del cuidado sin justicia migratoria y sin derechos para las mujeres en movilidad.

Más información:
Dinorah Arceta, Instituto para las Mujeres en la Migración, AC (IMUMI)
Diana Damián, Red Mesoamericana mujer, Salud y Migración (RMMSyM)

Contacto para prensa:
Red Mesoamericana mujer, Salud y Migración (RMMSyM). comunicacion@rmmsym.org
Instituto para las Mujeres en la Migración, AC (IMUMI). miriamg@imumi.org o +52 5537335819

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