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DOS AÑOS DE INJUSTICIA, DE SECUELAS, DE DOLOR Y DE TRISTEZA

Presidenta de México, Claudia Sheinbaum

Fiscal, Alejandro Gertz Manero, Fiscalía General de la República

Comisionado, Francisco Garduño, Instituto Nacional de Migración

Comisionada, Yuriria Rodríguez Estrada, Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas

Sociedad mexicana,

Nosotras, esposas, hermanas, madres, padres, hijas e hijos de los migrantes fallecidos y sobrevivientes del incendio ocurrido el 27 de marzo del 2023 en la estancia migratoria de Ciudad Juárez nos dirigimos a ustedes, a dos años de lo ocurrido, para compartirles lo que han sido estos dos años sin nuestros seres queridos y las secuelas físicas y neurológicas con las que vivimos.

“Nuestra vida es un antes y un después del incendio. Con todo nuestro corazón deseamos que nadie pase por esta pesadilla, que nadie se levante cada día con la ausencia de su ser querido, muerto en esas condiciones. Que nadie viva sin una extremidad, con recuerdos vagos por inhalar ese humo, con la vida rota.”

“Es muy triste ver a mi hijo cuando sus ojos se le llenan de lágrimas al acordarse de su padre; es un dolor en mi corazón, que no encuentro palabras que decirle. Estos dos años han sido muy tristes sin la presencia de nuestro hijo. Él iba con un propósito, poder darnos una mejor vida. Uno piensa: ¿qué le puede pasar a mi hijo si está con migración? Como madre, es algo que nunca me lo esperaba, pensar que esa noche le pasó eso a mi hijo.”

“Durante estos dos años, después del incendio, mi forma de ser y mi personalidad ya no es como antes, perdí mucha memoria, ya no puedo respirar, ya no puedo descansar más, ya no puedo ver, veo borroso. El causante fue el incendio. Han pasado dos años, pero es como si hubiera sido ayer. El tiempo transcurre, pero el dolor sigue intacto. Nada ha cambiado ni mejorado; el impacto de aquella tragedia persiste. No puedo hablar bien por el humo que inhalé, tuve pérdidas de memoria y quemaduras de tercer grado en mi cuerpo, los doctores pasaron horas tratando de salvar mi brazo izquierdo. Antes era un joven, como todos, tenía muy buena memoria y no tenía ningún tema de salud, hoy todo es diferente.”

“El hecho de no abrir la puerta simplemente por la suposición de que escaparíamos, a dónde iríamos si estábamos como presos: descalzos, sin dinero, sin teléfono ni nada en esas cuatro paredes, con un calor insoportable que fue un escenario perfecto para que prendiera en llamas en minutos el lugar. Ya no puedo trabajar como antes, ya no puedo cargar cemento, cubetas pesadas, porque por lo que pasó me dejó muchos problemas en mi cuerpo, ya no puedo cargar cosas pesadas. Ya no tengo fuerza como antes. Tengo dos hijos por eso necesito de su ayuda señora presidenta.” 

“El incendio cambió nuestras vidas. Ya no tengo ganas de nada. Mi dolor y el vacío que ha dejado en mi corazón, familia y amigos la partida de mi querido hijo ha sido un golpe muy duro y difícil de superar. Quiero expresarles mi tristeza, mi ansiedad y mi impotencia por la pérdida de mi compañero de vida y padre de mi hijo. Mi vida cambió totalmente desde ese día, mi hijo pregunta por su padre, yo tengo que ver de qué manera lo sacó adelante. Ya son dos años y todavía hay secuelas en mi salud física y mental, mi vida ya nunca será la misma.”

“Los días pasan, y seguimos esperando justicia. Como madre, no puedo entender por qué si los detienen, no les dejan comunicarse con sus familias. Sean empáticos, no los traten como delincuentes. Necesito su apoyo porque lo que nos pasó no fue nada fácil, para mi desde ese incendio ya nada es igual, cada vez que me levanto voy al baño a vomitar, tengo náuseas, mi vida cambió bastante. Señora Yuriria Rodríguez, usted nos conoció, por qué nos dejó afuera como familias, por qué no nos reconoce como víctimas indirectas.”  

“A todas y todos ustedes les pedimos justicia, que esas personas que no tuvieron corazón de abrirles las puertas deben pagar. Lo que pido es que se haga justicia, que este hecho no se repita. Lo que quiero es que se haga sentir el dolor de las familias, que causó la injusticia de los guardias de seguridad; que el juez dé una sentencia y que sea una sentencia justa. Espero que los jueces hagan valer sus palabras y sus juramentos: velar por la justicia. Y que el señor Garduño pagué por las personas que fallecieron y las 27 lesionadas, porque su vida ya no es fácil para ellos.”

“Como madre y como familia exigimos justicia, porque tanto mi hijo como las demás víctimas no merecían morir por descuidos de las autoridades, todo estaba en manos de ellos, darles la libertad por la emergencia que en ese momento se tenía, pero decidieron no abrir las puertas y dejarlos morir sin pensar en tantas vidas que se encontraban en peligro, confiamos en los jueces y todas las entidades competentes, que este caso no quede en la impunidad. Le pido encarecidamente que nos puedan ayudar a que haya una reparación de manera justa y congruente, que vaya de acuerdo con la pérdida que nuestra familia ha tenido, seguimos esperando una respuesta a nuestra petición y exigencia.”

“Para aumentar la gravedad, un comisionado que simplemente se lava las manos diciendo que él no estaba presente, pero no hizo nada para salvaguardar la integridad de todos los que estábamos encerrados en esa cárcel;  y todavía quiere liberarse y darnos a entender que él es una persona intachable, con su arrogancia y prepotencia, y sus palabras vacías; y una Fiscalía que, teniendo tantas pruebas y testimonios, no puede sostener el caso, y busca pruebas donde no las hay, para ellos todo ya quedo en el olvido, nuestros lamentos y ruegos que nos sacaran de ese lugar, esos gritos desesperados que quedaron gravados y los últimos suspiros de las víctimas fatales, las familias desesperadas por saber de sus seres queridos, hasta cuándo ser migrante es un delito y vulnerar los derechos y matar a migrantes es un ovación.”

“Es desesperante, frustrante no encontrar justicia donde claramente se han vulnerado los derechos de un ser humano, solo nos queda seguir luchando por nuestra familia, y dar gracias a Dios por permitirnos seguir en este mundo y rogar por las almas de los que no pudieron librar el incendio”. “Uno hace todo eso por la familia y por poder salir adelante, por eso tomé la decisión de viajar, pero no sabía lo que me esperaba”.

Señora presidenta, autoridades de justicia, ¡No queremos impunidad! ¡Queremos justicia!

Madres, esposas, hijas, padres y sobrevivientes del incendio en la estancia migratoria de Ciudad Juárez.

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