En enero de 2021, la administración Biden-Harris se comprometió a construir un sistema migratorio “seguro, ordenado y humano”. Sin embargo, con la colaboración del gobierno mexicano siguen fortaleciendo políticas basadas en la contención que son crueles, ilegales e ineficaces, creando un caos en la frontera entre Estados Unidos y México, que inmovilizan y ponen en peligro a quienes escapan de la persecución.
Aunque la administración Biden ha llevado a cabo acciones positivas como suspender y disolver formalmente el Programa “Quédate en México” o Protocolos de Protección a Migrantes (MPP) –reinstalado hace unos días por una Corte Federal de Distrito-, los puertos de entrada siguen siendo inaccesibles para quienes buscan protección y la administración está expulsando de modo sumario a las personas que solicitan asilo y a las y los migrantes, violando así el derecho nacional e internacional. Estas expulsiones incluyen, desde agosto pasado, vuelos a la frontera sur de México.